Tres anotaciones en un diario y tres poemas de altas cumbres
[Fragmento. Más poemas en las páginas 71 a 77 de Hablar de Poesía n° 50]
UN POETA POPULAR
Esta mañana, mis hijas y yo volvíamos a casa y delante de nosotros lentamente se movía un carro. Un carro modesto, de los que usan los cartoneros o los que acarrean arena… Y en la tabla de atrás estaba escrito: “Me duele una mujer por todo el cuerpo.” El arte llega al pueblo tarde o temprano, pensé. A Borges, que escribió “Las inscripciones de los carros”, creo que le habría gustado encontrar un verso suyo en ese lugar insólito, aun con la ligera errata. El original dice: “Me duele una mujer en todo el cuerpo” y se puede leer al final del poema en prosa titulado “El amenazado”, en el libro El oro de los tigres. (Es un poema en prosa, pero termina con ese tenaz endecasílabo.) Pensé también que “por todo el cuerpo” da la idea de un recorrido, como si la imagen de esa mujer amada fuera a lo largo del día buscando su lugar por todo el cuerpo del amante desdichado.
Ya de noche, y agotados todos los recorridos, brindo por Borges, acaso el más popular de nuestros poetas.
[Fragmento. Más poemas en las páginas 71 a 77 de Hablar de Poesía n° 50]