Otra teoría innecesaria sobre Hamlet
[FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 9 a 24 de Hablar de Poesía n° 50]
(…)
Hay algo fuera de lugar en Hamlet, en su ingenio, su narcisismo intelectual. Podríamos encontrar personajes así en las comedias de Shakespeare, pero nada parecido en las tragedias. Pensemos en el esnobismo de Hamlet contra la costumbre de los festejos daneses, cuando los escuchan desde la explanada mientras esperan al fantasma. “It is a custom / More honoured in the breach than the observance”. Hamlet se aliena de su propia cultura, es amanerado y extranjerizante. ¿Qué diría Hamlet padre de este triste filósofo y snob? ¿Qué ha resultado de mandarlo a la ilustrada Alemania, a Wittenberg? Pero justamente sabemos qué diría. If thou hast nature in thee, dice el fantasma. Le pide a Hamlet que actúe si le queda naturaleza, lo desafía. Cuando el fantasma se va, Hamlet se promete borrar de la mente todo lo que no sea la venganza. Pero en seguida se le ocurre un epigrama moral –that one may smile and smile and be a villain. En medio del subidón maníaco vemos hasta qué punto Hamlet es un animal universitario, con su commonplace book para anotar observaciones, recuerdos, etc. Traiciona la promesa de inmediato. Hamlet no puede con su genio. Shakespeare podría darnos sencillamente una tragedia de venganza, pero entre el final del primer acto y la última escena del quinto se desarrolla una especie de comedia negra del scholar, con consecuencias cada vez más desastrosas.
(…)
[FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 9 a 24 de Hablar de Poesía n° 50]