Fantasmas en la casa
[FRAGMENTOS. Artículo completo y poemas en las páginas 47 a 53 de Hablar de Poesía n° 50]
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El título del libro era de lo más original y revelador: Poemas. Acababa de publicarse en Barcelona por editorial Juventud y traía en la tapa un retrato moderadamente inquietante de tres criaturas de pelo corto y rubio, con ropa de otra época.
La persona que me regaló aquel volumen el día de mi cumpleaños número once (y que me regalaría al poco tiempo otro libro fundacional para mí, El hobbit) sobreestimó mis capacidades, sin duda. O quizás era que esos textos en apariencia simples e inocentes, en el marco de una editorial con ese nombre y con ese arte de tapa, podían crear la ilusión de que una nena que leía y escribía todo el día iba a comprender lo que decían las páginas.
Tardé casi una década en empezar a entender los poemas, de nada más y nada menos que Emily Dickinson (1830-1886).
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[FRAGMENTOS. Artículo completo y poemas en las páginas 47 a 53 de Hablar de Poesía n° 50]