Otras personas

[Fragmento. Más poemas en las páginas 71 a 74 de Hablar de Poesía n° 49]

 

Manuel M. Novillo

Testamento

Primero, su hijo, si le interesa;
después, su otro hijo, si, al fin,
han logrado tener uno más;
luego, quien sea su esposa,
que habrá estado con él hasta el final;
más tarde, quien le ayuda a escribir;
a continuación, quien figure
más veces en el teléfono celular;
ojalá su padre no tenga que pasar;
y, al final, los dos únicos amigos
poetas que tendrá,
que si coinciden con alguno
de los anteriores se cancelarán,
es decir, no serán sustituidos
por ninguno más.

Cada uno se llevará
los volúmenes que quiera
o pueda sostener en brazos,
mochilas y bolsos, pero no tendrá
permitido llevar cajas
o equipos de mudanza al lugar.
Su esposa resolverá esta logística,
o el mayor de sus hijos,
y si ninguno de estos puede,
alguien que le admire
y respete su obra.
Si esa persona existe, agrega,
podrá tomar libros obviando
el orden establecido,
que, en este caso, no será robar.

 

[Fragmento. Más poemas en las páginas 71 a 74 de Hablar de Poesía n° 49]