Dante y el espectáculo infernal

[FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 61 a 66 de Hablar de Poesía n° 49]

Andrés Kusminsky

 

Infierno VIII se abre mostrándonos el enorme talento de Dante para imaginar y para representar: las dos llamas que se encienden en la torre y la otra llama que contesta a la distancia, poniendo ante nuestros ojos toda la extensión oscura del lago Estigio, en donde están sumergidos los iracundos. Después, la aparición de Flegias, que vemos llegar oníricamente, con la velocidad de una flecha. Después, la descripción de Dante y Virgilio subiendo a la barca, que se hunde más de lo acostumbrado porque Dante tiene peso, es un cuerpo vivo, no una sombra.

 

 [FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 61 a 66 de Hablar de Poesía n° 49]