Traducir poesía

[FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 25 a 30 de Hablar de Poesía n° 47]

 

TRADUCIR POESÍA

Alejandro Crotto[1]

 

Básicamente, traducir poesía consiste en comprender desde la emoción un poema en otro idioma y trasponerlo creadoramente en el propio. Es una forma de escribir poesía, entonces, cuya espicificidad radica en que la inspiración técnica al escribir se orienta a dar cuenta de una experiencia de lectura.

            Al igual que la escritura de poesía, la traducción es una actividad siempre un poco misteriosa, que la inteligencia ilumina solo parcialmente, en la que las generalizaciones fracasan y en la que los excesos taxonómicos pueden resultar contraproducentes, paralizantes.

        Al igual que escritura de poesía, hay en la traducción un primer momento que está por fuera de la escritura en sí. Y también en este terreno la intensidad con la que se lo viva resulta decisiva. En el caso de cualquier traducción feliz, el primer paso es ser tocado íntimamente por un poema.

        Subrayar como primer paso esa vivencia subjetiva puede parecer un exceso romántico de mi parte, pero es sobre todo algo práctico: en ese ser tocado por el poema, como veremos, está el norte que puede guiar nuestra traducción. Porque traducir un poema tiene, además de algo misterioso, inexplicable, algo de metódico proceso sucesivo: es enfrentar una serie de situaciones concretas, cada una de las cuales admite soluciones de muchos matices desde la reescritura libérrima a la severa literalidad… por lo general todas objetables.

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 [FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 25 a 30 de Hablar de Poesía n° 47]

 

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. Alejandro Crotto nació en Buenos Aires en 1978. Publicó los libros de poemas Abejas (2009), Chesterton (2013), Once personas (2015), Francisco -un monólogo dramático (2017), El Infierno de Dante Alighieri (2020) y Quiero (2023). Enseña poesía y traducción de poesía en la UNA y en la UBA>>