El rey de los fantasmas

[FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 39 a 44 de Hablar de Poesía n° 45]

 

EL REY DE LOS FANTASMAS

Daniel Lipara [1]

 

“No pienso escribir mucho hasta el otoño. Es el momento del año para hacer ejercicio y estar alegre; sentarse a comer a las ocho y a las nueve irse a la cama. Anoche, al subir a mi cuarto, cambié todo de lugar para que mi familia quedara atónita al llegar. Lo único que tengo al lado de la cama son un par de ventanas; no veo más que árboles cuando me acuesto. Pero hay un conejo desenterrando bulbos: por las mañanas, en lugar de quedarme recostado y escuchar lo que sucede a mi alrededor, me paso el tiempo preocupado por el conejo y preguntándome qué cosa concreta estará desayunando.” Wallace Stevens escribió esta carta a los cincuenta y ocho años. La envió a su amigo y ex editor Ronald Lane Latimer, por entonces monje budista. Está fechada en mayo. En octubre, en el número cincuenta y uno de la revista Poetry, apareció este poema:

 

UN CONEJO COMO EL REY DE LOS FANTASMAS

Qué difícil pensar hacia el final del día,
cuando la sombra amorfa cubre el sol
y queda nada más la luz en tu pelaje.

El gato estuvo salpicando su leche todo el día,
gato gordo, lengua roja, mente verde, leche blanca
y agosto, el mes tranquilo.

Estar, sobre la hierba, a la hora más tranquila,
sin ese monumento al gato,
ese gato olvidado en la luna.

Y sentir que la luz es una luz conejo,
en la que todo fue hecho para vos
y nada necesita explicaciones;

no hay nada en que pensar. Viene de sí;
y el este corre hacia el oeste, y el oeste, hacia abajo,
no importa. La hierba está

y está llena de vos. Son para vos los árboles,
lo ancho de la noche es para vos,
un ser que roza cada límite.

Ahora tu ser llena las cuatro esquinas de la noche.
Se oculta el gato rojo en esa luz pelaje;
vos te encorvás, te alzás,

negro como una piedra, cada vez más arriba.
Te sentás, la cabeza tallada en el espacio,
y ese gatito verde es un bicho en la hierba.

 

A RABBIT AS KING OF THE GHOST // The difficulty to think at the end of day,/ When the shapeless shadow covers the sun/ And nothing is left except light on your fur—// There was the cat slopping its milk all day,/ Fat cat, red tongue, Green mind, white milk/ And August the most peaceful month.// To be, in the grass, in the peacefullest time,/ Without that monument of cat,/The cat forgotten in the moon;// And to feel that the light is a rabbit-light,/ In which everything is meant for you/ And nothing need be explained;// Then there is nothing to think of. It comes of itself;/ And east rushes west and west rushes down,/ No matter. The grass is full// And full of yourself. The trees around are for you,/ The whole of the wideness of night is for you,/A self that touches all edges,// You become a self that fills the four corners of night./ The red cat hides away in the fur-light/ And there you are humped high, humped up,// You are humped higher and higher, black as stone—/You sit with your head like a carving in space/ And the little green cat is a bug in the grass.

 

(…)

 

[FRAGMENTO. Artículo completo en las páginas 39 a 44 de Hablar de Poesía n° 45]

 

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. Daniel Lipara nació en Buenos Aires en 1987. Tradujo los libros de poesía Aprender a dormir de John Burnside (2017) y Memorial de Alice Oswald, junto a Mirta Rosenberg. En 2018 publicó su primer libro de poemas, Otra vida.>>