La balada del viejo marinero de Coleridge

[FRAGMENTOS. Artículo completo en las páginas 135 a 141 de Hablar de Poesía n° 43]

 

LA BALADA DEL VIEJO MARINERO DE COLERIDGE

Mario Rucavado Rojas[1]

 

The Rime of the Ancient Mariner es el poema romántico por excelencia de la tradición inglesa: ningún otro tiene su fuerza icónica ni se instaló de manera tan decisiva en el inconsciente de la lengua. Coleridge fue, quizá, el menos prolífico de los grandes poetas románticos, y nunca ocupó el centro de la escena literaria como lo hicieron, por ejemplo, su amigo William Wordsworth, el primer poeta laureado de Inglaterra, o su contemporáneo Lord Byron, pero el Viejo Marinero es leído y recordado como no lo son el Preludio ni el Don Juan. La historia del marinero condenado por matar al ave de buen agüero nos sigue fascinando porque nos lleva al corazón mismo de la imaginación mitopoética, a las acciones incomprensibles de dioses y demonios.

 

(…)

 

LA BALADA DEL VIEJO MARINERO

I

Érase un viejo marino
que detiene con un gesto
a uno de tres invitados
que vienen al casamiento.
«Por su barba y esos ojos
que inquietan con su destello:
¿qué le pasa, por qué impide
mi camino y mi contento?
Ya abre las puertas el novio,
y soy familiar directo;
ya están todos en la fiesta,
puedo oír el ruido adentro.»
Lo sostiene con la mano:
«Hubo un barco», dice el viejo.
«Ya basta, loco barbudo,
suélteme, que se lo ordeno».
El viejo afloja la mano
sin moverse de su puesto:
con los ojos refulgentes
sostiene bajo su imperio
al invitado que escucha
como un niñito indefenso,
y sentado en una piedra
no puede ignorar el cuento;
así, con ojos brillantes,
habló el viejo marinero:

 

(…)

 

[FRAGMENTOS. Artículo completo en las páginas 135 a 141 de Hablar de Poesía n° 43]

 

 

 

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. Mario Rucavado Rojas nació en San José, Costa Rica en 1989. Vive en Buenos Aires desde 2007. En 2019 publicó Libro apócrifo de Samuel y otros poemas.>>