«Las cosas no deberían ser tan duras» de Kay Ryan

[FRAGMENTO. Ensayo completo en las páginas 17 a 22 de Hablar de Poesía n° 41]

 

“LAS COSAS NO DEBERÍAN SER TAN DURAS” DE KAY RYAN

por Ianina Antonetti [1]

 

LAS COSAS NO DEBERÍAN SER TAN DURAS

Una vida debería dejar
huellas profundas:
surcos donde ella
iba y volvía
a buscar el correo
o a mover la manguera
por el jardín;
donde ella se paraba
frente al lavadero,
un lugar raído;
bajo su mano,
los picaportes
de porcelana reducidos
a pastillas blancas;
el interruptor que ella
solía tantear
a oscuras
casi borrado.
Sus cosas deberían
tener sus marcas.
El paso de una vida
debería notarse;
debería causar una erosión.
Y cuando esa vida se interrumpe,
algún lugar,
aunque sea pequeño,
debería quedar marcado
por ese pasaje
grandioso y dañino.
Las cosas no deberían ser
tan duras.

 

Things shouldn´t be so hard // A life should leave / deep tracks: / ruts where she / went out and back / to get the mail / or move the hose / around the yard; / where she used to / stand before the sink, / a worn-out place; / beneath her hand / the china knobs / rubbed down to / white pastilles; / the switch she / used to feel for / in the dark / almost erased. / Her things should / keep her marks. / The passage / of a life should show; / it should abrade. / And when life stops, / a certain space— / however small— / should be left scarred / by the grand and / damaging parade. / Things shouldn’t be so hard.

 

 

            Lo que primero me atrajo de este poema fue su aparente simpleza, su cotidianeidad. Su brevedad. Y que, a la vez, es profundo. Describe a partir de acciones, y describe esas acciones a partir de los objetos involucrados. Deja mucho a la imaginación. El poema se construye a partir de una frase cristalizada como “things shouldn’t be so hard” (las cosas no deberían ser tan duras), y, al tomarla en su sentido más literal, nos permite ver las cosas desde una perspectiva nueva. “Hard” puede significar que algo es difícil o que algo es duro al tacto. El poema juega con ambos sentidos, porque las cosas deberían ser permeables al paso de la vida de las personas, y, al mismo tiempo, intuimos, las cosas, en general, no deberían ser tan difíciles (¿cuando alguien muere, quizá?). Por eso, una de las primeras decisiones que tomé fue traducir “hard” por “duras”, que mantiene esa polisemia latente.

 

(…)

 

 

[FRAGMENTO. Ensayo completo en las páginas 17 a 22 de Hablar de Poesía n° 41]

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. Ianina Antonetti nació en Buenos Aires en 1981. Es traductora egresada del Lengüitas. Se especializa en traducción audiovisual.>>