Te dije que no ibas a escapar del amor – Las elegías eróticas de Propercio y Ovidio

[FRAGMENTOS. Ensayo completo en las páginas 39 a 52 de Hablar de Poesía n° 39]

 

Por Andrés Kusminsky[1]

 

Propercio nació cerca del 50 a. C., poco antes de que empezara la guerra civil entre César y Pompeyo. Ovidio, en el 43 a. C., cuando la facción que había asesinado a César se reagrupó y movilizó un ejército, luego derrotado por el Triunvirato en la batalla de Philippi. Ambos poetas fueron jóvenes y publicaron sus libros después de que Octavio Augusto César estableciera su Pax Romana. El clima era conservador. Los escritores tenían como mandato, implícito o explícito, exaltar la ideología oficial del Estado, o en todo caso, los valores morales de los mayores. Horacio regresaba de Philippi a los veintidós años con la cabeza gacha y se volvería luego un estoico celebrante de la mediocridad del homme de lettres. Virgilio, después de un interesante período de experimentación juvenil, compondría un manual de agricultura en hexámetros –poema extraordinario, al mismo tiempo– y una épica culta sobre los orígenes míticos de Roma y la casa Julia: la impresionante Eneida. Los scholars antiguos, medievales y renacentistas pusieron a estos dos estetas, cultores de una poesía sintética y equilibrada, en lo más alto de la tradición. Son los poetas clásicos por antonomasia. Esto sigue siendo el sentido común en los departamentos de clásicas de todo el mundo.

 

            Propercio murió cerca del 15 a. C., a los treinta y cinco años. Entre el 25 y el 23 a. C. escribió los primeros tres libros de las elegías. El tema de los libros es la historia de amor que el hablante de los poemas tiene con una mujer, Cynthia: Cintia. Cintia es nombre en clave y alusión: quiere decir “del monte Kynthos”, y era un atributo de Artemis o Diana, la diosa de la caza, los bosques, los animales salvajes y la luna. Propercio trabaja un material evidentemente personal y piensa su escritura desde ahí. Confronta directamente con la idea de poesía épica que muchos poetas del círculo de Augusto intentaban practicar, pero también con la idea de una poesía culta, filosófica o naturalista. Pasar tanto tiempo leyendo libros de historia, filosofía y naturaleza es un poco triste si uno es joven, pero valdrá la pena ubi iam Venerem grauis interceperit aetas, traducido rápidamente como “cuando la vejez se interponga al placer”. La poesía, para Propercio, no puede corresponder los mandatos conservadores de la alta cultura. Debe venir de la corriente de la propia juventud. Escribir a partir de la lectura es como pedirle agua a otros, en el medio del río.

 

(…)

 

III, 5

Amor es dios de paz, nos impone la paz:
nuestra señora siempre nos impone la guerra.
Es obvio que no tengo ganas de hacerme rico.
No me interesa el lujo, no hacen falta tampoco
muchos bueyes (¿dos mil?) en nuestra poca tierra,
ni fui a sacar provecho de una ciudad en ruinas.
(El dios que les dio forma, del polvo, a los primeros
humanos, no sabía muy bien qué estaba haciendo:
ocupado en el cuerpo, se olvidó de la mente;
mejor hubiera sido empezar al revés.)
Ahora una borrasca nos sacude en el mar,
buscamos enemigos para hacer otras guerras.
No podemos llevarnos las riquezas al mundo
de los muertos. Entonces, para qué tanto esfuerzo.
No me arrepiento nunca del camino elegido,
la vocación poética, ni voy a arrepentirme
de llenar mi cabeza de vino. Falta mucho,
cuando la pesadumbre de la edad intercepte
el Amor, sólo entonces podría interesarme
aprender las costumbres de la naturaleza,
cuál es el dios que pone en orden nuestro mundo,
saber el recorrido de la luna, sus fases,
cómo afectan los vientos las corrientes del mar,
si va a llegar un día el colapso de todo
el universo. Entonces voy a estudiar también
si bajo tierra existen las leyes de los dioses
o la furia Tisífone con las serpientes negras
en la cabeza; ruedas, piedras, sed entre aguas,
si hay un perro que tiene tres cabezas, y cuida
la entrada del infierno; si estas cosas, en cambio,
son fábulas que engañan a las generaciones
y después de la tumba no hay nada que temer.
Éste va ser el fin de mi vida: pero ustedes
que prefieren las armas, mejor traigan a casa
las banderas de Craso.

 

III, 5

PACIS AMOR deus est, pacem ueneramur amantes: / stant mihi cum domina proelia dura mea. / Nec tamen inuiso pectus mihi carpitur auro / nec bibit e gemma diuite nostra sitis / nec mihi mille iugis Campania pinguis aratur / nec miser aera paro clade, Corinthe, tua. / O prima infelix fingenti terra Prometheo! / ille parum caute pectoris egit opus. / Corpora disponens mentem non uidit in arte: / recta animi primum debuit esse uia. / Nunc maris in tantum uento iactamur et hostem / quaerimus atque armis nectimus arma noua. / Haud ullas portabis opes Acherontis ad undas: / nudus ad infernas, stulte, uehere ratis. / Victor com uictis pariter miscebitur umbris: / consule cum Mario, capte Iugurtha, sedes. / Lydus Dulichio non distat Croesus ab Iro. / Optima mors, Parca quae uenit acta die. / Me iuuat in prima coluisse Helicona iuuenta / Musarumque choris implicuisse manus: / me iuuet et multo mentem uincire Lyaeo / et caput in uerna semper habere rosa. / Atque ubi iam Venerem grauis interceperit aetas / sparserit et nigras alba senecta comas, / tum mihi naturae libeat perdiscere mores, / quis deus hanc mundi temperet arte domum, / qua uenit exoriens, qua deficit, unde coactis / cornibus in plenum menstrua luna redit, / unde salo superant uenti, quid flamine captet / Eurus et in nubes unde perennis aqua: / sit uentura dies mundi quae subruat arces, / purpureus pluuias cur bibit arcus aquas / aut cur Perrhaebi tremuere cacumina Pindi / solis et atratis luxerit orbis equis; / cur serus uersare boues et plaustra Bootes, / Pleiadum spisso cur coit igne chorus, / curue suos finis altum non exeat aequor / plenus et in partis quattuor annus eat; / sub terris sint iura deum et tormenta Gigantum, / Tisiphones atro si furit angue caput / aut Alcmaeoniae furiae aut ieiunia Phinei; / num rota, num scopuli, num sitis inter aquas, / num tribus infernum custodit faucibus antrum / Cerberus et Tityo iugera pauca nouem, / an ficta in miseras descendit fabula gentis / et timor haud ultra quam rogus esse potest. / Exitus hic uitae superest mihi: uos, quibus arma / grata magis, Crassi signa referte domum.

 

[FRAGMENTOS. Ensayo completo en las páginas 39 a 52 de Hablar de Poesía n° 39]

 

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  1. Andrés Kusminsky nació en 1989. Es poeta y se dedica a la traducción y a la docencia. Es licenciado en letras por la UBA.>>