Metamorfosis, Liber III (140-255) (Ovidio)

[FRAGMENTO. Ensayo completo en las páginas 147 a 158 de Hablar de Poesía n° 39]

 

Por Alejandro Crotto[1]

 

Desde chico –quizá porque nada me gustaba más de chico que cazar– me fascina la historia de Acteón: el cazador que vio por accidente desnuda a Diana, diosa virgen de la cacería y de la fertilidad animal, y que transformado en ciervo fue devorado por sus propios perros. La cuenta Ovidio en el tercer libro de sus Metamorfosis. La traduzco:

 

 

(…) Y así mientras la diosa
como solía se bañaba en la corriente,
pasó que, suspendida la cacería, el nieto
de Cadmo errante por ese desconocido
bosque al lugar sagrado llegó: la suerte así
lo quiso. Y al cruzar aquel arco rocoso
de húmedas paredes, fue visto por las ninfas
que golpearon, desnudas como estaban, sus pechos,
y sus súbitos gritos llenaron todo el bosque,
y rodearon cubriéndola con sus cuerpos a Diana.
Pero ella era más alta que las otras, y nítida
sobresalía su cabeza. Ese color
del que tiñe las nubes el sol cuando las roza,
o el de la aurora, fue ese el color de la cara
de Diana al verse vista desvestida. Y entonces,
mientras sus compañeras se apiñaban, se puso
de perfil con sus ojos al frente: ella querría
haber tenido sus veloces flechas, pero
tenía al menos agua, y salpicó con ella,
vengadora, la cara del varón y su pelo,
diciendo estas palabras de siniestro presagio:
“Vete ahora a contar que me viste desnuda;
si puedes, lo permito”. Y sin más ella hace
que se le alargue el cuello, van creciéndole cuernos
en el pelo mojado, se aguzan sus orejas,
las manos se hacen cascos, largas patas los brazos,
y un pelaje con manchas cubre todo su cuerpo.
Por último, le insufla el miedo. Él huye entonces
y corriendo se admira de su velocidad;
pero al ver en el agua sus cuernos y sus ojos
“¡Pobre de mí, ay!” quiso decir pero la voz
no salía. Gimió: su voz era ahora esto.
Y de sus ojos no fluyó ninguna lágrima.

 

(…)

 

[FRAGMENTO. Ensayo completo en las páginas 147 a 158 de Hablar de Poesía n° 39]

 

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. Alejandro Crotto nació en Buenos Aires en 1978. Publicó los libros de poemas Abejas (2009), Chesterton (2013), Once personas (2015) y Francisco –un monólogo dramático (2017).>>