Elvira Hernández no es un reguero de pólvora

[FRAGMENTO. Ensayo completo en las páginas 79 a 87 de Hablar de Poesía n° 37]

 

por Adela Busquet [1]

 

        A vuelo de pájaro

        La poesía ha hecho costumbre
        de tomar algo por la punta y
        agotarlo por el cabo. Ir
        sobre las cosas como en reguero de pólvora.

        La poesía no es temática.
        La poesía habla de todo al mismo tiempo.                     
        La poesía es caja de sorpresas
        Caja china
        De Pandora
        Una caja

        Hay que darle como caja
        a lo que viene por delante.

 

            La ironía es la cualidad de encarnar un topos y a la vez estar a una variación de él, a unos pocos pasos del tema. En casi los poemas de Pájaros desde mi ventana (2014-2016) –libro inédito parcialmente publicado en el volumen Los trabajos y los días (2017)– hay una distancia o una ironía que surge a partir del uso deliberado de cierta obviedad. Elvira Hernández –seudónimo de su verdadero nombre María Teresa Adriasola– elige una poética que por momentos apuesta a lo ingenuo. Y lo hace por medio de una ironía que a veces pareciera ser casi malicia: un mal de ojo que se vuelve un mal de poema. Algo de una brujería o de alguien que no busca el visto bueno, ni tiene miedo a que no la entiendan, ni espera que la sigan y menos que les guste.

            Todo eso se ve en el poema “A vuelo de pájaro”: en una primera lectura da la impresión de ser poco logrado. Es así, creo yo, porque Elvira Hernández deliberadamente incluye esas ingenuidades. La primera: no hay verso más temático que “La poesía no tiene tema”. La contradicción es evidente. Esa obviedad molesta incluso porque tiene el tono de la sanción moral que carece de inteligencia poética. La segunda ingenuidad está en el verso “La poesía es caja de sorpresas”. Además de que la imagen guarda cierta tontera –por lo estereotípico de esas sentencias que bajo el efecto de la anáfora terminan eliminando cualquier pizca poética– este verso parece hacer recalar al poema en el más obvio de todos los clichés.

            Pero entonces, ¿por qué “A vuelo de pájaro” no es simplemente un poema ingenuo? La respuesta empieza a partir del verso “Caja china”. Ahí se interrumpe la cantinela enfáticamente anafórica a partir de un desmembramiento de la obviedad semántica en los versos de la segunda estrofa: “Caja china / De Pandora / Una caja”, para concluir finalmente con la exhortación: “Hay que darle como caja / a lo que viene por delante”. Sorprende que en tan poco espacio un poema pase por zonas tan opuestas: de la obviedad –muy actual– del “metapoema” del tipo “La poesía es”, al salto de un imperativo cuya referencia es oscura. Dicho de otra manera: el poema contiene tanto el verso irónico “La poesía no es temática” o el verso infantil y malicioso “La poesía es caja de sorpresas” –y digo malicioso porque pone al descubierto la ingenuidad del lector que creyó en la ingenuidad de la poeta–, como los versos de la última estrofa que rompen la temática e incitan con violencia a algo incierto: “Hay que darle como caja / a lo que viene por delante”. ¿Qué sería darle como caja? ¿A qué incita Elvira Hernández? No sabemos, pero sí sabemos que el último verso arenga. No es una arenga en clave de proclama política porque la exhortación carece de referente y porque como dice en otro poema “Mi propia arenga no me impresiona / Termino por dormirme”. “A vuelo de pájaro” no declara su tema: los versos van desarmando su valor temático por el lado del sonido. La ironía está desde el principio. Y la malicia –porque en ese momento el lector empieza a no saber lo que lee o cómo leer– se siente en los versos cortos de la segunda estrofa que desarman la unidad semántica de lo que hasta ese momento el poema parecía decir. Lo que era ingenuidad se convierte en otra cosa: el cliché descompuesto: la indefinición instalada ahí donde antes solo había tema y claridad.

 

[FRAGMENTO. Ensayo completo en las páginas 79 a 87 de Hablar de Poesía n° 37]

 

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. Adela Busquet nació en Buenos Aires en 1987. Es profesora de Filosofía por la Universidad de Buenos Aires y actual investigadora doctoral en el área de poesía por la misma Universidad. Integra la editorial de poesía Audisea.>>