Kathleen Raine: Durmiendo bajo una espina

[FRAGMENTO. Artículo completa en las páginas 201 a 212 del número 36 de Hablar de Poesía]

 

Nota preliminar y versiones de Miguel Ángel Montezanti

 

En verdad, la poesía de Kathleen Raine habrá de reeditar el saber y la observación ejercitados en el terreno de las Ciencias Naturales. Pero lo trascendente es que Kathleen Raine se desencanta rápida y estrepitosamente del positivismo y cientificismo imperantes en su universidad y, en general, en Occidente. Este desencanto corre paralelo con una búsqueda espiritual incesante que la induce a viajar. El viaje es antes que nada un itinerario espiritual, que, de un modo u otro, se materializa en un recorrido por la India, término anhelado pero igualmente metafórico de ese itinerario del alma.

 

El viajero

Cien años he dormido bajo una espina
hasta que el árbol fue raíz y ramas de mi pensamiento,
hasta que los pétalos blancos florecieron en mi corona.
Mil años he flotado en un lago
hasta que mis ojos colmados pudieron retener
la desparramada luz de la laguna y la nube ardiente.
Es mía la mirada que conoce
el brillo de los ojos, el asfódelo, la rosa silvestre.
He visto el arco iris que se abre y el sol que se cierra,
un viento que sopla sobre la tierra;
he levantado templos de nieve, castillos de arena
y los he dejado vacíos como una mano muerta.
He nacido como alada efemérides
con miríadas de ojos y alas parpadeantes
que las llamas deben agostar o las aguas ahogar.
Debo vivir, debo morir,
soy la memoria de todo deseo
soy las cenizas y el fuego que se enciende.

 

The Traveller

A hundred years I slept beneath a thorn / Until the tree was root and branched of my thought, / Until white petals blossomed in my crown. // A thousand years I floated in a lake / Until my brimful eye could hold / The scattered moonlight and the burning cloud. // Mine is the gaze that knows / Eyebright, asphodel, the briar rose. / I have seen the rainbow open, the sun close. // A wind that blows about the land / I have raised temples of snow, castles of sand / And left them empty as a dead hand. // A winged ephemerid I am born / With myriad eyes and glittering wings / That flames must wither or waters drown. // I must live, I must die, / I am the memory of all desire, / I am the world’s ashes, and the kindling fire.

 

[FRAGMENTO. Artículo completa en las páginas 201 a 212 del número 36 de Hablar de Poesía]