El jardincito
Leonardo Martínez [1]
Lluvia y cabalgata en “Tacana”
A Ivonne
Mi amiga me pide
versos sobre la lluvia
El mensaje impresionista de la lluvia
me enturbia el día
Se ensaña conmigo en lugares comunes
y metáforas cansadas
Tacana se presenta como el único sitio
donde la lluvia respira
y ata y desata los cordones del cielo
Los aires adolescentes y lejanos de entonces
nos hacían tristes y violentos
Y fue en Tacana en esos años
cuando el cielo
como una lana mojada y negra
chorreaba
y nosotros en la cresta del cerro
andábamos a ciegas
En esa noche sin memoria
abandonamos las riendas
y dejamos que los caballos nos condujeran
hacia las casas
bordeando abismos y despeñaderos
Como una lana negra mojada
la noche chorreaba
Confiados en las cabalgaduras
vimos desplomarse el cielo
Ni un relámpago
ni un trueno
sólo el agua espesa
No puedo medir el tiempo que pasó
Pero allá a lo lejos se vislumbraba un resplandor
Era el farol que dejamos encendido
para la vuelta
Dios
qué amor el de esos caballos
En sus hocicos resollaba la vida
Aún soplan en mis orejas
sus alientos tibios
mientras carnales ligaduras
me atan a una dicha incomprensible
Antes del renuevo
No es el castigo
El látigo de mi abuelo Juan es el que causa terror
Lo emplea para darnos un escarmiento
Hijos y nietos estamos sometidos
Hace años pasamos en el ‘’ford 39’’
por el puente del arroyo Fariñango
y Don Juan alcanzó a ver al moro de su hijo Carlos
relumbrando sus chaperíos
atado a uno de los talas de la orilla
Atrás estaban los ranchos de las empanaderas
mujeres regentas de sus cuerpos y de la cocina
encargadas de los guisados y las tabletas
Nos envolvió el olor a guiso de patas
a frituras ardientes
a la aloja fermentando en tinajas
porque el religioso aguardiente estaba a la sombra
Don Juan apuró al chofer
esperaría al joven Carlos en la casa
Y lo esperó escondido detrás de la puerta de calle
látigo en mano
Esa gente ha muerto
y desde un rincón la lloramos
Los cuerpos y sus sollozos
se reúnen a parlamentar el duelo
la flaqueza de conductas
nuestros miedos
la soledad de la noche
y la esperanza del alba
Lo que cuento
fue antes del señor Perón
antes de la señora Evita
antes de los renuevos de la tierra
La zorra vieja
La zorra vieja
amamanta sus crías por última vez
Pronto no tendrá leche
ni las fuerzas suficientes para salir de la cueva
Se acabará también el verano
pero los zorritos están fuertes y animosos
Sus excursiones son exitosas
La zorra madre es sólo el vínculo
hacia un ciclo cumplido
Los senderos del rastrojo
desaparecen bajo los tupidos pastizales
dejando un aire arrugado
en la colina ocre
Mientras
la zorra vieja
la cabeza reclinada sobre la hierba
saluda la cordial invitación del sueño
El jardincito
El jardincito
a un costado de la casa
al pie del cerro
frente a la barranca y el arroyo
al fondo los nogales guindos y membrillos
el jardincito
escondido de todas las miradas
visitado por las liebres y las urracas
los mirlos y los picaflores
refugio de ensoñaciones a la deriva
tumba de los tatarabuelos y sus choznos
cenizas de la ceniza de mi memoria
el jardincito
ahora mismo como una estrella lejana
viva en el tránsito de la edad
- Leonardo Martínez (Catamarca, 1937) ha publicado los libros Tacana o los linajes del tiempo (1989), Ojo de brasa (1991), El señor de Autigasta (1994), Asuntos de familia y otras imposturas (1997), Rápido pasaje (1999), Jaula viva (2004), Estricta ceniza (2007), Las tierras naturales (2009), Los ojos de lo fugaz (2010), El barro que sofoca (2013) y la antología general Escribanía de vivos y muertos (2013). Los poemas aquí reunidos pertenecen al libro inédito Historias guardadas.>>