René Char: ¡Hiciste bien en partir, Arthur Rimbaud!

Semblanza de Eugenio Montale [1]
Versiones de Raúl Gustavo Aguirre

 

[…] Más tarde vino a encontrarme René Char, el poeta que hoy goza de mayor crédito en Francia y tal vez incluso en el exterior. Tiene cincuenta y cinco años, es alto, robusto, sus cabellos son ligeramente crespos, su andadura podría ser la de un soldado, si bien el bastón en que se apoya me hace pensar en algún accidente automovilístico. Ha sido un héroe del maquis, pero según él todo comenzó por error: los alemanes lo buscaban creyendo que era otro. Y de aquel error emergió un duro combatiente partisano, y nacieron esos Feuillets d´Hypnos que permanecen como el más hermoso libro de poesía publicado en Francia desde hace años. Las “hojitas” son los fragmentos, las iluminaciones, los aforismos de una temporada de vida excepcional; en ellos la sensación física está completamente encendida por un sentido que podría denominarse metafísico si la palabra no fuese sospechosa. En él el momento, el instante real abre sus puertas y lo sumerge en la experiencia concreta de la eternidad. No me sorprendo cuando lo oigo hablar de los presocráticos, los únicos filósofos que le interesan, los únicos que los filósofos ignoran.

Char vive en la Provenza, en Vaucluse, en l´Isle-sur-la-Sorgue. Petrarca es, naturalmente, uno de sus poetas. Hablando con él no tengo la impresión de capturar una mariposa, sino de meter los dedos en un bracero ardiente.

A París va rara vez, siente horror por los cálculos y las capillas del mundo literario, por la saturación (saucissonnage) de ingredientes en los productos actuales de la literatura y del teatro. Podría decirse que es un pesimista si no fuese el suyo un pesimismo que revela una fe profunda y oscura, acaso en sí mismo, tal vez la única fe posible para el hombre de hoy. La poesía como profesión, como género literario no es algo que pueda interesarle; actualmente es un producto que se puede perfeccionar al infinito, algo muerto, un aparato. Sin embargo puede darse que el poeta encuentre a alguno que reciba su mensaje y dé señales de vida desde lejos: son los casos en que “la botella arrojada al mar” ha llegado a destino. ¿Sirve para algo esa red invisible de correspondencias y de ecos que parecen llegados de ultratumba? Sirve para confirmarle al poeta que no vive en un sueño sino en un mundo más real, el único que garantiza una realidad. Todo lo demás (política, partidos, negocios, estructuras sociales y económicas) no tiene nada de verdadero, simplemente existe; pero el hombre que ha comprendido la vida no puede sino mantenerse alejado.

¿Esteticismo, art pour l´art? Nada más distante de un poeta que me habían pintado como huraño y difícil, y que en cambio es el modelo mismo de la cordialidad y de la honestidad intelectual. Las trituradoras del esprit de finesse del racionalismo francés no han hecho mella en su alma de hombre del mediodía abierto a todos los vientos, a salvo encima del peñasco de una vieja sabiduría ancestral. Y el hecho es que al despedirse de este pesimista uno se siente reconfortado, en tanto después del encuentro con muchos optimistas de hoy uno suele abandonarse a la más negra desesperación.

1962

 

Elementos

                              En memoria de Roger Bonon, muerto 
                                      en mayo de 1940 (Mar del Norte).

 

Esa mujer separada de la fluencia de la calle sostenía a su niño en sus brazos como un volcán a medias consumido sostiene su cráter. Las palabras que le confiaba recorrían lentamente su cabeza antes de horadar la letargia de su boca. Emanaba de esos dos seres, de los cuales uno no pesaba mucho menos que la corteza de una estrella, un agotamiento oscuro que pronto no resistiría más y caería en la disolución, ese fin precoz de los miserables.

A ras del suelo, la noche entraba suavemente en su carne que titubeaba. A sus ojos, los mundos habían dejado de enfrentarse, si alguna vez lo habían hecho.

En esa mujer todavía joven un hombre debió tener raíces, pero permaneció invisible como si el horror, en el límite de sus fuerzas, se hubiera mantenido allí.

La alegría egoísta, ocio de los idiotas y de los tiranos, que callejea siempre por las mismas partes iluminadas del barrio, es apostema; la vulnerabilidad que osa descubrirse nos compromete estrechamente.

Entreveo el día en que algunos hombres que no se creerán generosos ni absueltos porque habrán conseguido desalojar el abatimiento y la sumisión al mal en los alrededores de sus semejantes al mismo tiempo que habrán alcanzado y dominado las potencias de la exacción que por todas partes los provocaban, entreveo el día en que algunos hombres emprenderán sin astucia el viaje por la energía del universo. Y como la fragilidad y la inquietud se alimentan de poesía, a su retorno se pedirá a esos altos viajeros quieran tener a bien recordar.

 

Éléments // Au souvenir de Roger Bonon, tué en mai 1940 (mer du Nord) // Cette femme à l´écart de l´affluence de la rue tenait son enfant dans ses bras comme un volcan à demi consumé tient son cratère. Les mots qu´elle lui confiait parcouraient lentement sa tête avant de trouer la léthargie de sa bouche. Il émanait de ces deuz êtres, dont l´un ne pesait guère moins que la coque d´une étoile, un épuisement obscur qui bientôt ne se raidirait plus e glisserait dans la dissolution, cette terminaison précoce des misérables. / Au ras du sol la nuit entrait légère dans leur chair qui titubait. À leurs yeux les mondes avaient cessé de s´affronter, s´ils l´avaient jamais fait. / Dans cette femme encore jeune un homme devait avoir racine, mais il demeurait invisible comme si l´horreur, à bout de forces, s´en était tenue là. / L´entrain égoïste, congé des idiots et des tyrans, qui flâne toujours dans les mêmes parties éclairées de son quartier este apostume ; la vulnérabilité qui ose se découvrir nous engage étroitement. / J´entrevois le jour où quelques hommes qui ne se croiront pas généreux et acquittés parce qu´ils auront réussi à chasser l´accablement et la soumission au mal des abords de leurs semblables en même temps qu´ils auront atteint et maîtrisé les puissances de chantage qui de toutes parts les bravaient, j´entrevois le jour où quelques hommes entreprendront sans ruse le voyage de l´énergie de l´univers. Et comme la fragilité et l´inquiétude s´alimentent de poésie, au retour il sera demandé à ces hauts voyageurs de vouloir bien se souvenir.

 

¡Hiciste bien en partir, Arthur Rimbaud!

¡Hiciste bien en partir, Arthur Rimbaud! Tus dieciocho años tan refractarios a la amistad, a la malevolencia, a la necedad de los poetas de París como al ronroneo de abeja de tu familia ardenesa un tanto insensata, hiciste bien en desparramarlos a los vientos de alta mar, en arrojarlos bajo el filo de su precoz guillotina. Tuviste razón en cambiar el bulevar de los perezosos, los cafés de los poetastros, por el infierno de los animales, por el comercio de los astutos y la salutación de los simples.

¡Ese ímpetu absurdo del cuerpo y del alma, esa bala de cañón que alcanza su blanco haciéndolo estallar, claro que sí, eso es la vida de un hombre! No se puede, al salir de la infancia, estrangular indefinidamente al prójimo. Si bien los volcanes poco cambian de lugar, su lava recorre el gran vacío del mundo y le otorga virtudes que cantan en sus heridas.

¡Hiciste bien en partir, Arthur Rimbaud! Somos unos cuantos los que, contigo, creemos sin pruebas la felicidad posible.

 

Tu as bien fait de partir, Arthur Rimbaud! // Tu as bien fait de partir, Arthur Rimbaud! Tes dix-huit ans réfractaires à l’amitié, à la malveillance, à la sottise des poètes de Paris ainsi qu’au ronronnement d’abeille stérile de ta famille ardennaise un peu folle, tu as bien fait de les éparpiller aux vents du large, de les jeter sous le couteau de leur précoce guillotine. Tu as eu raison d’abandonner le boulevard des paresseux, les estaminets des pisse-lyres, pour l’enfer des bêtes, pour le commerce des rusés et le bonjour des simples. // Cet élan absurde du corps et de l’âme, ce boulet de canon qui atteint sa cible en la faisant éclater, oui, c’est bien là la vie d’un homme! On ne peut pas, au sortir de l’enfance, indéfiniment étrangler son prochain. Si les volcans changent peu de place, leur lave parcourt le grand vide du monde et lui apporte des vertus qui chantent dans ses plaies. // Tu as bien fait de partir, Arthur Rimbaud! Nous sommes quelques-uns à croire sans preuve le bonheur possible avec toi.

 

El adolescente abofeteado

Los mismos golpes que lo enviaron al suelo lo lanzaron al mismo tiempo lejos por delante de su vida, hacia los años futuros donde, cuando sangrara, ya no sería a causa de la iniquidad de uno solo. Como el arbusto al que sus raíces reconfortan y que aprieta sus ramas amarillas contra su fuste resistente, descendía después retrocediendo en el mutismo de ese saber y en su inocencia. Por último, escapaba, desaparecía y se volvía soberanamente feliz. Ganaba la pradera y el cerco de cañas cuyo limo acariciaba y cuyo seco estremecimiento percibía. Era como si lo más noble y perseverante de cuanto la tierra había producido lo hubiera, en compensación, adoptado.

Volvería a ser así hasta el momento en que, la necesidad de romper desaparecida, se mantendría erguido y atento entre los hombres, a la vez más vulnerable y más fuerte.

 

L’Adolescent souffleté // Les mêmes coups qui l’envoyaient au sol le lançaient en même temps loin devant sa vie, vers les futures années où, quand il saignerait, ce ne serait plus à cause de l’iniquité d’un seul. Tel l’arbuste que réconfortent ses racines et qui presse ses rameaux meurtris contre son fût résistant, il descendait ensuite à reculons dans le mutisme de ce savoir et dans son innocence. Enfin il s’échappait, s’enfuyait et devenait souverainement heureux. Il atteignait la prairie et la barrière des roseaux dont il cajolait la vase et percevait le sec frémissement. Il semblait que ce que la terre avait produit de plus noble et de plus persévérant, l’avait, en compensation, adopté.
// Il recommencerait ainsi jusqu’au moment où, la nécessité de rompre disparue, il se tiendrait droit et attentif parmi les hommes, à la fois plus vulnérable et plus fort.

 

Antonin Artaud

¡No tengo voz para elogiarte, hermano mío!
Si me inclinara sobre tu cuerpo que la claridad va a esparcir
Tu risa me rechazaría.
El corazón entre nosotros, durante lo que se llama
        impropiamente una hermosa tormenta,
Da en tierra varias veces
Mata, cava e incendia,
Luego renace más tarde en la dulzura del hongo.
No tienes necesidad de un muro de palabras para exaltar
          tu verdad,
Ni de las volutas del mar para ungir tu profundidad
Ni de esa mano afiebrada que nos rodea la muñeca
Y suavemente nos lleva a derribar un bosque
Donde nuestras entrañas son el hacha.
Está bien. Vuelve al volcán.
Y nosotros,
Que lloremos, asumamos tu relevo o preguntamos:
“¿Quién es Artaud?” a la espiga de dinamita de la que
ningún grano se aparta.
Para nosotros no ha cambiado nada,
Nada sino esta quimera que vive el infierno y que se despide
de nuestra angustia.

 

Antonin Artaud // Je n’ai pas la voix pour faire ton éloge, grand frère. / Si je me penchais sur ton corps que la lumière va éparpiller, / Ton rire me repousserait. / Le cœur entre nous, durant ce qu’on appelle improprement un bel orage, / Tombe plusieurs fois, / Tue, creuse et brûle, / Puis renaît plus tard dans la douceur du champignon. / Tu n’as pas besoin d’un mur de mots pour exhausser ta vérité, / Ni des volutes de la mer pour oindre ta profondeur, / Ni de cette main fiévreuse qui vous entoure le poignet, / Et légèrement vous mène abattre une forêt / Dont nos entrailles sont la hache. / Il suffit. Rentre au volcan. / Et nous, / Que nous pleurions, assumions ta relève ou demandions : « Qui est Artaud ?» à cet épi de dynamite dont aucun grain ne se détache, / Pour nous, rien n’est changé, / Rien, sinon cette chimère bien en vie de l’enfer qui prend congé de notre angoisse.

 

La eternidad en Lourmarin

Albert Camus

Ya no hay línea recta ni camino iluminado con un ser que partió de nosotros. ¿Dónde se aturdió nuestro afecto? Círculo tras círculo, si se acerca, es para ocultarse en seguida. Su rostro a veces viene a juntarse con el nuestro, y sólo produce un relámpago helado. El día que alargaba la felicidad entre él y nosotros no está en ningún sitio. Todas las partes –casi excesivas– de una presencia se dislocaron de pronto. Rutina de nuestra vigilancia… No obstante, este ser suprimido se mantiene en algo rígido, desierto, esencial en nosotros, donde nuestros milenios juntos apenas alcanzan el espesor de un párpado cerrado.

Con aquel a quien amamos, hemos dejado de hablar, y no es silencio. ¿Qué es de él entonces? Sabemos, o creemos saber. Pero sólo cuando el ayer que señala se abre para dejarle paso. Aquí está, a nuestra altura, más lejos, adelante.

A la hora de nuevo retenida en que cuestionamos todo el peso del enigma, de repente comienza el dolor, el de camarada a camarada, que el arquero, esta vez, no atraviesa.

 

L’Eternité à Lourmarin// Albert Camus // Il n’y a plus de ligne droite ni de route éclairée avec un être qui nous a quittés. Où s’étourdit notre affection? Cerne après cerne, s’il approche, c’est pour aussitôt s’enfouir. Son visage parfois vient s’appliquer contre le nôtre, ne produisant qu’un éclair glacé. Le jour qui allongeait le bonheur entre lui et nous n’est nulle part. Toutes les parties – presqu’excessives – d’une présence se sont tout à coup disloquées. Routine
de notre vigilance… Pourtant cet être supprimé se tient dans quelque chose de rigide, de désert, d’essentiel en nous, où nos millénaires ensemble font juste l’épaisseur d’une paupière tirée. // Avec celui que nous aimons, nous avons cessé de parler, et ce n’est pas le silence. Qu’en est-il alors? Nous savons ou croyons savoir. Mais seulement quand le passé qui signifie s’ouvre pour lui livrer passage. Le voici à notre hauteur, plus loin, devant. // A l’heure de nouveau contenue où nous questionnons tout le poids d’énigme, soudain commence la douleur, celle de compagnon à compagnon, que l’archer, cette fois, ne transperce pas. 

 

El zurdo

Nada lo consuela a uno cuando camina asiendo una mano, la peligrosa floración de la carne de una mano.

El oscurecimiento de la mano que nos aprieta y nos arrastra, inocente aún, la mano fragante donde nos aumentamos y recibimos ayuda, sin que nos evite la barranca ni el espino, el fuego prematuro, el cerco de los hombres, esta mano a todas preferida nos hace sobresalir de la duplicación de la sombra, al día de la noche. Al día brillante por encima de la noche, fregado su umbral de agonía.

 

Le gaucher // On ne se console de rien lorsqu’on marche en tenant une main, la périlleuse floraison de la chair d’une main. //L’obscurcissement de la main qui nous presse et nous entraîne, innocente aussi, l’odorante main où nous nous ajoutons et gardons ressource, ne nous évitant pas le ravin et l’épine, le feu prématuré, l’encerclement des hommes, cette main préférée à toutes, nous enlève à la duplication de l’ombre, au jour du soir. Au jour brillant au-dessus du soir, froissé son seuil d’agonie.

 

Mascullando en voz baja [2]

Para no rendirme y para encontrarme a mí mismo te ofendo, pero cuán enamorado de ti estoy, lobo, a quien equivocadamente se tilda de fúnebre, colmado de los secretos de mis tierras del interior. En una masa de amor legendario es donde dejas la huella virgen, perseguida por tu uña. Lobo, te llamo, mas no tienes realidad nombrable. Eres por añadidura ininteligible. No compareciente, compensador, qué se yo. Detrás de tu carrera sin crines sangro, lloro, me rodeo de terror, olvido, río bajo los árboles. Despiadada batida y encarnizamiento, donde todo se pone en acción contra la doble presa: tú invisible y yo vivaz.

Continúa, avanza, duramos juntos; y, aunque separados, juntos saltamos por encima del estremecimiento del supremo desengaño para romper el hielo de las aguas vivas y reconocernos ahí.

 

Marmonnement // Pour ne pas me rendre et pour m’y retrouver, je t’offense, mais combien je suis épris de toi, loup, qu’on dit à tort funèbre, pétri des secrets de mon arrière-pays. C’est dans une masse d’amour légendaire que tu laisses la déchaussure vierge, pourchassée de ton ongle. Loup, je t’appelle, mais tu n’as pas de réalité nommable. De plus, tu es inintelligible. Non-comparant, compensateur, que sais-je ? Derrière ta course sans crinère, je saigne, je pleure, je m’enserre de terreur, j’oublie, je rie sous les arbres. Traque impitoyable où l’on s’acharne, où tout est mis en action contre la double proie : toi invisible et moi vivace. // Continue, va, nous durons ensemble ; et ensemble, bien que séparés, nous bondissons par-dessus le frisson de la suprême déception pour briser la glace des eaux vives et se reconnaître là.

 

Notas al pie    (>> volver al texto)
  1. En Fuori di casa, Ricciardi, Milano-Napoli 1969. [Traducción y antología de R. H. H.]>>
  2. La traducción de este último poema pertenece a Jorge Riechmann.>>